La primera mirada a las obras premiadas de Catalina Tuca, "Espacios para vivir y morir" (V Concurso de Artes Visuales organizado por Artes y Letras y el MNBA), y de Rodrigo Bruna, "Reconstrucción llanos" (2º Concurso Mavi Bicentenario de Arte Joven), se inscribe en la constante del paisaje. La primera obra cita la estructura de un tipo de edificación urbana y la segunda a la iconografía de una obra de Alberto Valenzuela Llanos.
La diferencia también está en la traducción del resultado de la imagen.
En la obra de Tuca, la iconografía remite a la estructura cuya modularidad se asocia con la obra gruesa de los edificios que, en su repetición, parecen nichos con lo cual parodia la habitabilidad. De modo que el lugar de emplazamiento es otro contenedor de la metáfora adorniana del museo/mausoleo.
Bruna cita y reconstruye un fragmento de una obra de Valenzuela Llanos reproduciendo la fragmentación de la imagen en la mancha de la rebanada tostada del pan; simula la superficie de la tela con el tostado y dibuja mediante el raspado un paisaje de sombras, imagen que el espectador arma desde la distancia.
Las rebanadas se podrían considerar como una polaroid que grafica la materialidad del acto de la pintura.
Lo que las obras problematizan es el plano pictórico, en tanto luz y profundidad espacial del poblamiento pictórico y los desplazamientos del género con operaciones que tensionan los límites de éste. Aquí el paisaje está distante de la expresividad.
En lo opuesto, la reproductibilidad del inconsciente fotográfico como corte espacial y temporal.
De ahí que la materialidad y las operaciones constructivas de las obras de Tuca y Bruna no remiten al paisaje sentimental, sino materialista.
Catalina Tuca
"Espacios para vivir y morir" en Museo Nacional de Bellas Artes
Rodrigo Bruna.
"Reconstrucción llanos" en Museo de Artes Visuales.
* Madrid, Alberto, Jóvenes y premiados artistas, Diario El Mercurio, Santiago, domingo 30 de diciembre, 2007.
